jueves, 8 de mayo de 2008

Ella.


Tenía una boca de acero.
Y una bandera mortal dibujada entre los labios.
Reía como el mar que siente carbones en su vientre.
Como el mar cuando la luna se mira ahogarse.
Como el mar que ha mordido todas las playas.
El mar que desborda y cae en el vacío en los tiempos de abundancia.
Cuando las estrellas arrullan sobre nuestras cabezas.
Antes que el viento norte abra sus ojos.
Era hermosa en sus horizontes de huesos.
Con su camisa ardiente y sus miradas de árbol fatigado.
Como el cielo a caballo sobre las palomas.

3 comentarios:

bimbonocilla dijo...

el mar es taaaaaaaaaaaaan grande.

Sandra Sánchez dijo...

Eso sí que es reir con satisfacción!

Marta dijo...

Menuda foto más alucinante!!!! Hacen conjunto con tus versos!!!.